Control de calidad
Preguntas frecuentes de control de calidad
En Estados Unidos, los alimentos y productos agrícolas etiquetados como orgánicos deben estar certificados por un agente de certificación acreditado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) que refleje la producción conforme a las regulaciones y los estándares orgánicos del USDA Tanto la leche orgánica como la elaborada de manera convencional contienen la misma combinación de nutrientes que convierte los alimentos lácteos en una parte importante de una dieta saludable. La leche orgánica es solo una opción entre numerosos productos lácteos que pueden ayudar a las personas a cumplir con sus requisitos nutricionales. La amplia mayoría de la cartera de ingredientes y productos lácteos de Estados Unidos se elabora de manera convencional, y existe un volumen muy limitado de producción orgánica. En la base de datos de proveedores del Consejo de Exportación de Lácteos de Estados Unidos es posible buscar ingredientes y productos lácteos convencionales, y especificar certificaciones de productos seleccionados, tales como los “orgánicos”.
No. Los granjeros lecheros estadounidenses solo utilizan antibióticos para tratar las vacas enfermas. Si una vaca recibe tratamiento con antibióticos, se la separa del ganado de ordeña hasta que sus pruebas de leche demuestren que está libre de antibióticos. Además, toda carga de tanque de leche que ingresa a las plantas de procesamiento de lácteos estadounidenses es estrictamente evaluada a fin de controlar los medicamentos para animales; la leche que no cumple con los requisitos se desecha y no llega a las manos del público. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) hace cumplir estas normas, que se detallan en la Normatividad de Leche Pasteurizada.
Las investigaciones demuestran que la industria láctea estadounidense representa solo el dos por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos. Los granjeros de productos lácteos trabajan en los modos de reducir esa cifra aún más. Una reciente evaluación del ciclo de vida de los lácteos, llevada a cabo por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura establece que el sector de lácteos de todo el mundo aporta alrededor del 2,7 % del total de emisiones de gas de efecto invernadero a nivel global. El estudio demuestra, además, que la producción de leche en nuestro país tiene la huella de carbono más baja por galón de leche en el mundo.
El Innovation Center for U.S. Dairy solicita estudios sobre el valor nutricional, el impacto económico y otras mediciones ambientales, como la calidad y conservación del agua, a medida que la industria busca otros modos de trabajar de manera conjunta por un planeta saludable.
Numerosos estudios científicos han indicado que la pasteurización no reduce el valor nutricional de la leche. La pasteurización mata las bacterias dañinas y salva vidas. La leche pasteurizada no ocasiona intolerancia a la lactosa ni reacciones alérgicas. Tanto la leche cruda como la leche pasteurizada pueden ocasionar reacciones alérgicas en las personas sensibles a las proteínas de la leche.
La Organización Mundial de la Salud, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos y otras importantes organizaciones de la salud han confirmado y reafirmado que la leche y los productos lácteos no contienen ni transmiten encefalopatía espongiforme bovina (comúnmente conocida como “enfermedad de la vaca loca”).